22 de julio de 2010

Inauguradora 3.0


Como os prometí ayer, ahora toca la segunda parte de la crónica de la noche.

 Néstor subió al escenario. Yo ya estaba abajo, "a salvo", pero seguía nerviosa, porque eran mis relatos y quería que gustaran. Pero ya no había nada que yo pudiese hacer. Me senté en una silla cercana al escenario y me dispuse a pasarlo bien. A mi lado estaba Pikarda, grabando. Le había pedido que grabara mi “actuación”. Nos sonreímos. 

Como buen cuentacuentos, Néstor comenzó  introduciendo cómo se metió en aquel lio de leer mis relatos y al fin se puso en ello.  El primero me hizo mucha ilusión. Sigue siendo uno de mis cuentos favoritos, adoro la atmósfera que tiene y ese personaje, esa mantis. Me parece un cuento muy visual que quedaría genial en un corto con presupuesto para hacer buenos decorados y vestuarios. (Vale, ya, ya bajo de la nube ^^)

Llegó entonces el segundo relato. Los ojos me brillaron con lágrimas incipientes. Tuve que luchar contra ellas para no acabar con el maquillaje como las chicas de algunos de mis cuadros. Mi hermana también estaba muy emocionada. Ella  sabe lo importante que para mí  esa novela y ese “rey escita”. Quizás porque ella también escribe y puede identificarse con lo que cuento. Y es que, como ya le he dicho  a mis beta testers, yo creo (o quiero creer) que lo narro en mi novela es cierto, que ese mundo y esa gente existe. Y aunque todos, incluido “el rey escita” son yo de alguna forma extraña, a la vez no tienen nada que ver y son seres autónomos que, de alguna forma se han puesto en contacto conmigo.

Pero dejemos mis rayadas y volvamos a esa noche.


Tomé aire (todo lo que permitía el corsé), para recuperar la compostura y me fui a hacer ronda entre grupos. Fui con Carol a la barra y nos pedimos una copa de absenta y maracuyá. A mí me salió gratis porque el local invita a los artistas :D (Y yo sin saberlo, seguro que alguno ha expuesto solo por la copa gratis). Y esa sí me la tomé mientras paseaba por el local. Mientras, mi pobre té se quedó en la tetera, enfriándose y charlando con las tazas vacías.

Entonces empezaron las grandes alegrías de la noche. Yo iba dando vueltas, levantándome la falda del vestido para no pisarla y con la copa en la mano y la gente me iba diciendo que les gustaba y cuáles eran sus favoritos. Sergio me reservó el primer cuadro y para mi sorpresa fue mi “autorretrato como nigromante” : “Purple magic”. Yo había esperado que se llevara “Look in my eyes” (el que usé para el primer cartel), ya que había oído que tenía fijación con las pelirrojas. Pero está bien que te sorprendan y, la verdad, no pensaba que la primera venta viniera de  mi extraño autorretrato.


Después Alfredo me dijo que quería “Unbirthday teaparty” (el cuadro con Alicia, el sombrerero loco y el conejo. Uno de mis favoritos.)

Sara me pidió luego “Amber eyes”. Eso me alegro muchísimo porque ella es una de mis primeras betatesters (de hecha la primera chica en leer la novela entera, luego vino Susana-Gatael) El caso es que ella sabía distinguir de qué zona de mi mundo es la chica retratada y eso me encantó. Ya le dije que cuando le entregue el cuadro le enviaré también fragmentos de ese proyecto de novela para que la conozca.


Pikarda estaba interesada por “Fern cat” , pero no se decidía aún. (A día de hoy ya está reservado. ^^)  Carol por su parte me compró la acuarela “Wicked purple”. Una pieza para la que usé una foto suya como referencia. Como curiosidad, a mi amigo Fer (Fernando Alcalá) le ha encantado esa acuarela y me la habría comprado de estar disponible. (Como no lo está me ha encargado que le haga una “a medida”, teniendo en cuenta la decoración de su casa.)

Otros muchos me dijeron estar interesados, pero que se lo iban a pensar y así seguí de grupo en grupo entre charlas sobre planes de verano, otras exposiciones etc. Allí estuve horas y horas caminando entre la gente. Los tacones me destrozaban los pies pero tenía que aguantar hasta el final.


Uno de los momentos más satisfactorios llegó cuando puse las pegatinas en las etiquetas, círculo rojo a los pagados al completo, azul a los reservados. Fue la constatación de haber hecho algo que tenía sentido, algo que merecía la pena. No podía dejar de sonreír, pese al dolor de mis pies y el cansancio general que sentía. Sonreía y sonreía.

De fondo sonaba la música épica de traillers de película que yo había seleccionado para la ocasión y en la pantalla del local se sucedían las imágenes del video que yo había montado con fotos del proceso de pintura de la mayoría de obras allí expuestas, así como de las que no logré terminar a tiempo y otras como mi escultura u oleos viejos que no iba a traer, pero que me interesaba que vieran, porque son parte de mi formación como “artista”.

Justo antes de irme, hablé un rato con Alby Martín, fotógrafo con experiencia en exposiciones que me ayudó a tomar algunas decisiones en las semanas anteriores a la inauguración. Con él hablé de otros locales donde exponer, entre otras cosas.

El viaje de vuelta a casa fue muy raro, sin mis cuadros… Tras las despedidas, subí las escaleras hacia la calle como un zombie. Los pies me ardían, pero mi mente flotaba, muy lejos. Quizás estaba peinando al unicornio, quizás. Había llegado al local con mil bolsas llenas de cuadros y volvía con las manos vacías. Dejaba ahí a todos mis niños, a la vista de cualquiera, de sus críticas, de miradas tan dispares a la mía. Sentí frío un instante, me sentí desnuda. El pánico a las críticas negativas ardió en mí de nuevo, pero fue solo un instante. Enseguida recuperé la sonrisa. Había ido bien. Y sí, había mucho que mejorar, pero hace menos de un año yo aún no sabía cómo difuminar colores en pintura digital. Y hace dos jamás habría soñado con hacer algo como esto, tener toda una sala para mí y llena de gente que venía a ver mis obras. Me llenó entonces una sensación de fin de etapa, de esas que ya he tenido varias. Y así, con esa mezcla de vacío y euforia subí al coche.

Fotógrafa: Laura Torres Daudén

3 comentarios:

  1. Enhorabuena, preciosa. Gracias por compartirlo con nosotros.

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  2. Me habría encantado poder asistir. Enhorabuena, será un día del que te acordarás siempre y en el que los que admiramos tu trabajo estuvimos contigo en espíritu. ¿He escuchado mal o "Look in my Eyes" sigue en venta?
    Si está libre acabas de venderlo :D

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  3. Oh. Genial. ¿Eso es en firme, David? ¿Le pongo pegatina de reservado? XD
    :)

    Me hubiese encantado tener a mis hipogrifos allí. ^^

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