Esta noche he soñado un capítulo de mi novela nueva.
Y eso es algo que jamás sucedió en los tres años que estuve trabajando de manera obsesiva en la anterior. Nunca. Y mira que lo intentaba, porque había ocasiones en las que estaba de verdad bloqueada sin saber qué debía pasar luego.
Yo siempre he dicho que eso era un filtro que ponía mi mente para salvaguardar mi cordura. Ya estaba todo el día pensando en ese mundo y esos personajes, así que durante la noche nada. Nada de nada.
Pero esta arranca de otra forma. Llevo unas 40 páginas escritas (la mayoría en estado de boceto preliminar), y ahora mi inconsciente me ha hecho un regalo. Menos mal que me ha dado tiempo a ponerlo por escrito, aunque sé que hay partes que ya he olvidado. Están ahí flotando, como fantasmas, me parece verlos, pero al prestarles atención desaparecen. Eso ya es irrecuperable.
En fin, adelante. Quizás mi mente tenga otras sorpresas reservadas :D
(Imagen: Flaming June de Lord Frederick Leighton)
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