10 de mayo de 2010

Discípula de ENDE

Michael Ende ha sido mi maestro desde niña. Desde que con seis años me asomé con asombro a "La historia interminable". Antes ya quería ser escritora. Supongo que siempre lo quise, que nací amando las historias más que la realidad. 

Pero al descubrir a Ende... libro tras libro, supe que quería aprender y perfeccionarme para que un día él me mirara con orgullo. Murió y mi sueño de conocerle se convirtió en un imposible. Pero él siguió siendo mi maestro, lo más parecido a un profeta para mí. El profeta de mi fe particular. Una fe de poesía, de imágenes imposibles, de belleza, de asombro, de Fantasía. Así en mayúscula.

Esta noche mi amigo Karalan, cantautor y poeta ha acabado de leer mi novela y me ha dado una opinión muy positiva.

Ante esto reconozco que se me saltaron las lágrimas porque llevo mucho tiempo dedicado a esta novela, más de un sacrificio y muchas frustraciones. Y al final recompensa. Al final parece que Ende sí podrá estar orgullosa de esta niña que quería ser escritora, que quería alcanzar un poco de su magia. 

Pero no caigo en la autocomplacencia.  Hoy mismo  me he tirado la tarde con páginas y páginas de tablas en los que trabajo cada capítulo por separado. Y señores... son una centena en total. No es ninguna broma, pero ya digo que me tomo muy en serio esta novela.

En definitiva,  pretendo analizar  la función de cada capítulo y ver, sin las vendas del amor de autor a la obra, qué cosas deben estar ahí y cuales no. En fin, lo que Sanderson llamaba "killing your darlings". Me llevará tiempo, no será fácil. Pero considero que ayudará.

Como me decía luego Karalan: 

"Ahora, creo que con algo tan bonito como esto no deberías fijarte fecha límite. Que esté cuando tenga que estar."

Estoy  de acuerdo. Tan sólo me puse la fecha límite de junio para obligarme a centrarme y encontrar al fin las piezas que faltaban en el final. Eso está hecho. Ahora toca acabar esas tablas de funciones y volver a empezar por el inicio una vez más para mejorar la redacción, el ritmo... En fin, tantas cosas.

Y lo peor es que el proceso no acabaría nunca porque, por fortuna, aprendo cosas nuevas día a día. Pero habrá un momento en que tendré que cerrar. Ya veremos cuándo ocurre. Agosto como mucho, sino esto se eternizaría y tengo otros proyectos que sacar adelante.

Pero el caso es que tengo fe en mi criatura.  Y algún día espero que mi libro alimente el alma de los lectores, al menos con un poco de la fuerza con la que Ende alimentó la mía.








3 comentarios:

  1. Oh, y lo harás, hermanita. Lo harás.

    ResponderEliminar
  2. ay, hermano grande. Usted que me ve con buenos ojos.
    XD

    En fin, me pongo a pintar que también tengo una exposición que sacar adelante XD

    ResponderEliminar
  3. Gloria, tendrá que estar cuando tenga que estar, eso no lo discuto. Pero al mismo tiempo, uno tiene que respirar Por mucho que dejes de revisarla en Junio, cuando vuelvas a ella, digamos, en Diciembre. Volverás a verle fallos. No porque los tenga, sino porque tú habrás crecido y querrás que tu obra crezca contigo.

    Sin embargo, en algún momento hay que comenzar a darle otro tipo de vida aparte de la que tiene en tu disco duro.

    Quiero leerla. Lo sabes, ¿no?

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...